lunes, 18 de octubre de 2010

SEYDU / Diamond Tears / 22 de octubre / 20 h / Teatro Auditorio Adolfo Marsillach

Vocalista, compositor y percusionista, Seydu nació en Freetown (Ciudad Libre) fundada para acoger a los esclavos libertos que, desde América, regresaban en busca de sus raíces arrancadas, y erigida como símbolo de libertad. Freetown es la capital de Sierra Leona, un pequeño país de la costa occidental africana y gran productor de diamantes, desde donde, desgraciadamente, como de tantos otros lugares, nos llegan más noticias de guerra que de música.
Seydu creció oyendo los cantos de su madre, mezcla de fullah y de mandinga, y asimilando los ritmos que su abuelo arrancaba a las pieles de los tambores, vivencias que han marcado con fuerza sus señas de identidad musical.
Se dedica a la música desde muy temprana edad y se integra en bandas como la National Troupe de Sierra Leona, fundada por su abuelo. Precisamente, con la National Troupe de Sierra Leona. Poco después viaja a Nigeria donde vive en la pequeña ciudad-comuna de Fella Anikulapo Kuti.
Hace casi veinte años que llegó a España, donde, poco a poco, y no sin dificultad, se hizo un hueco en el difícil mundo de la música, tocando con diferentes formaciones: reggae, afro, latin, jazz, pop... que conformaron su actual bagaje musical. Ha acompañado a grandes artistas, como Raimundo Amador y Kiko Veneno y ha participado en diversas grabaciones de estudio con gente como Rosario y Alejandro Sanz o Kiko Veneno, llegando a ser uno de los percusionistas de más éxito en nuestro país.
Después de abandonar su primera banda Bambara (orientada al reggae), comenzó a desarrollar sus propias ideas musicales que culminaron en Freetown, su primer proyecto en solitario realizado con Nubenegra. Mezcla de afro-beat, soul, jazz, pop y sonidos de raíz que dan forma a lo que él acuña como "etno-pop". Freetown es un disco eminentemente urbano que refleja las inquietudes artísticas y el momento musical de un artista que se erige como claro exponente de la España cosmopólita de nuestros días.
Posteriormente, participó en La Banda Negra, donde Seydu se une con otros artistas africanos -todos ellos afincados en Madrid- como Rasha, Wafir, los hermanos As, Mass y Pap -componentes de Djanbutu Thiossane- y Bidinte. Con ellos realiza una gira centroeuropea que culmina con su presentación en el Womex´99. Seydu presenta ahora su segundo disco en solitario, Diamond Tears, con Lokua Kanza como coproductor. Un álbum intimista y de contenido claramente étnico sobre una base musical de dusunguni, sanzas y bolom en el que Seydu hace un viaje de vuelta a su infancia y recupera la "Palm Wine Music". Un recorrido de Lágrimas y Diamantes por Sierra Leona que nos cuenta y hace partícipes de las tristezas y alegrías de sus habitantes. Diamond Tears es un canto a la esperanza y a la vida expresado a través de la música.
"LAS GUERRAS HAN ARRASADO LA CULTURA AFRICANA"
Entrevista a Seydu, cantante y percursionista
Entrevista Público.es 5 de agosto de 2010

Seydu ayuda a los niños soldado a reinsertarse a partir de la música.
El cantante sierraleonés Seydu (Freetown, 1964) conoce bien cómo es la vida después de la guerra. Aunque evitó los efectos de la violencia que asoló el país entre 1991 y 2002 al salir como emigrante clandestino hacia Europa, el autor de la canción Diamond tears, contra el tráfico de diamantes en zonas de guerra, ha regresado a Sierra Leona para ayudar en la reconstrucción social. Mientras ultima para septiembre la publicación de nuevo disco, Return to Africa, Anthony Seydu Zacha-riah Jalloh gestiona en su ciudad natal una escuela-taller para reinsertar a ex combatientes y huérfanos, en especial ex niños soldado. Seydu apuesta por recuperar las culturas tradicionales de Sierra Leona en el camino hacia la normalidad. "Porque lo importante es que la gente pueda vivir en paz".
- ¿Cómo logró salir de Sierra Leona?
Salí con 18 años como polizón en un barco mercante que me dejó en Canarias. Era 1982 y aún no había comenzado la guerra. Durante un viaje posterior, en 1995, se recrudecieron los combates y logré escapar por tierra hasta Guinea Conakry. Allí me busqué la vida para coger un avión a Dakar, donde pude hacer valer mi documentación española para regresar a Madrid.
- ¿Y por entonces ya se dedicabaa la música en su país?
Sí, soy músico desde joven. En mi país formaba parte de la National Dance Troupe de Sierra Leona, grupo creado por mi abuelo, Ebeneze Calender, pero que luego desapareció debido a la guerra civil. Ahora yo he vuelto a formar el grupo a través del proyecto Diamond Child, que también gestiona una escuela-taller de arte y cultura en la localidad de Goderich. Allí tratamos de reinsertar a alrededor de 500 jóvenes de la calle que fueron niños soldado. Entre nuestras actividades está la refundación de la National Dance Troupe, que es la única formación que ahora representa las artes populares en Sierra Leona.
- Aquí también padecimos una guerra civil, pero ¿qué incidencia tuvo la contienda en la cultura de su país?
La música palm-wine desapareció durante los años de la guerra civil. Antes del conflicto hubo una época dorada. El presidente Milton Margai [1961-1963] impulsó la cultura popular y apoyó a músicos como S.E. Rogie. En esos años también se produjo la revalorización de otras músicas que habían venido con los esclavos negros que regresaron de zonas del Caribe como Jamaica o Guayana. El presidente Margai se esforzó mucho para que todos los grupos étnicos tuvieran posibilidad de hacer sus músicas tradicionales.
Pero luego vino la guerra y consumió esa pequeña base artística en el país porque los músicos, que en su mayoría vivían en zonas rurales del interior, fueron huyendo a la capital, Freetown, para evitar los combates entre 1991 y 2002. Fue tal devastación que el 90% de los artistas dejaron de cantar, cuando no murieron en los 11 años que duró la guerra civil. Es una situación que, por desgracia, se ha repetido con demasiada frecuencia en otras zonas de África, donde las guerras han arrasado nuestras culturas.
- ¿Cuándo se verán resultados de la reinserción de los niños soldado con los que está trabajando?
Poco a poco. En nuestra escuela-taller estamos logrando que los jóvenes acepten cambiar sus fusiles Kalashnikov por instrumentos musicales que ellos se encargan de fabricar. Es una nueva inyección de energía y de sabiduría enfocada a las artes populares de Sierra Leona, donde ahora mismo tenemos cierta tranquilidad para hacer una vida normal. Freetown se está convirtiendo en una ciudad en la que se puede vivir con dignidad. Pero África es África, y mucho más en un país que ha estado tantos años en guerra, y no es fácil que los avances se afiancen. Lo más importante es que la población viva en paz.